miércoles, 13 de julio de 2016

LA REVOLUCIÓN FRANCESA



La situación de la deuda de la Monarquía Francesa hace que el gobierno de Francia plantee al rey la invencion de un nuevo impuesto: La subvención territorial, que tendrían que pagar todos los franceses que fuesen propietarios de tierras perteneciesen al estamento que perteneciesen.

Los nobles se niegan a pagar impuestos y le proponen al rey un ultimátum: Si el Rey quiere cambiar el sistema de impuestos en Francia, tiene que convocar los estados generales, que era una especie de parlamento con competencias para aprobar nuevos impuestos. Una vez convocados, los representantes del 3er estado (la burguesía) pide a la nobleza y clero que se reúnan en una sesión conjunta y prometen no separarse hasta dar a Francia una constitución.

La revuelta de los campesinos por el hambre, el paro y la pérdida de las cosechas hace que los campesinos asalten los castillos, incendien los conventos y se destruyan numerosas obras de arte. La Asamblea Nacional, los diputados de la nobleza y el clero, tuvieron que aceptar la única solución: La abolición de los derechos feudales de los nobles hacia los campesinos.

 El 14 de julio de 1789, las masas populares asaltan y destruyen la Bastilla, que era la prisión Real. La asamblea legislativa cede sus poderes a la convención Nacional que abolirá la Monarquía y proclamará La República.

En 1791 se termina la constitución francesa. El Rey Luis XVI, acusado de conspirar contra la seguridad de la Nación, es juzgado y condenado a muerte en la guillotina el 21 de enero de 1793. A partir de ahí el gobierno presidido por Robespierre aplicará la pena de muerte a todos los opositores a la Revolución Francesa. Robespierre será destituido y ejecutado por sus propios seguidores.



Francesc Prat
CPB Llar Begur

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